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Aves migratorias: Embajadoras de la Biodiversidad

En el año de las aves

Aves migratorias: Embajadoras de la Biodiversidad

Publicado el 15/05/2014
Gaviota de Franklin (Leucophaeus pipixcan) Concón 1945, colección aves montadas, MHNV 296.
Gaviota de Franklin (Leucophaeus pipixcan) Concón 1945, colección aves montadas, MHNV 296.
El Zarapito de pico recto y la Gaviota de Franklin son algunas de las especies que se trasladan año tras año a nuestro país.

Las aves migratorias son fundamentales para la preservación de la biodiversidad de nuestro entorno; son indicadores de la salud del ecosistema, el cambio climático y velan por la diversidad biológica. Es por esto, que durante el mes de mayo conmemoramos al planeta tierra junto a ellas: las embajadoras de la biodiversidad.

En Chile coexisten alrededor de 480 especies aves, tanto residentes como migratorias; como explicó la encargada de colecciones biológicas y cites del Museo de Historia Natural (MHNV), Camila Figueroa, “el alimento y las bajas temperaturas son el principal motivo por el cual estos animales emprenden vuelo”.

El zarapito de pico recto (Numenius phaeopus) es una de las aves que emigra debido al fuerte cambio estacional que ocurre en el hemisferio norte, y por lo mismo, viaja más de 30.000 kilómetros cada año; así es como se traslada desde Alaska hasta Chiloé, donde se asienta por unos 6 o 7 meses en los humedales de las costas sur-austral para alimentarse.

La gaviota de Franklin (Leucophaeus pipixcan) es otra de las especies que llega desde el hemisferio norte hasta Chile. Esta ave se encuentra presente desde Arica hasta Llanquihue y reside en costas, lagos y desembocaduras de ríos; suelen verse grandes bandadas de esta especie en la laguna de Mantagua, en Concón.

Pero no solo existen las aves hemisféricas, que viajan de norte a sur y viceversa, sino que también se encuentran las que se trasladan entre distancias mucho más acotadas; una de ellas es el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), que emigra desde el territorio austral hasta la zona central de nuestro país.

La destrucción y contaminación de sus hábitats está adelantando sus migraciones debido al cambio climático, lo que desencadena un sinfín de complicaciones para aquellas especies que emigran; como su periodo reproductivo, pues dependen de la disponibilidad de alimento, y si éste escasea, pone en riesgo el éxito de la época de cría.

Por otro lado, las sequías profundas, la pesca industrial, las inundaciones intensas o el incremento de los incendios forestales también provocan que sus hábitats cambien y en consecuencia, toda la vida de éstas, enfatizó la profesional.

Puesto que las aves migratorias son fundamentales para diagnosticar el estado de salud de nuestro planeta, es de suma importancia cuidar sus entornos y sus hábitats. Los humedales son el núcleo de su vida, por lo cual la contaminación de estos espacios puede ser devastador, “las obliga a adaptarse a nuevos escenarios donde no todos los resultados llegan a ser positivos” expresó la profesional.