Los fósiles actualmente, son conservados en el Museo de Historia Natural de Valparaíso, y se encuentran en etapa de estudio por parte de especialistas; quienes destacan lo inédito de este hallazgo, por tratarse de ser el primer registro de flora en una zona donde solo se contaba con fósiles de moluscos.

El contexto geológico nos habla de que la mayoría de los “cerros de Valparaíso” están compuestos por rocas graníticas, sobre ellas se han construidos numerosas viviendas, como es el caso del cerro La Virgen, y donde día a día se perciben desprendimientos de tierra en las quebradas, siendo un paisaje en común para sus habitantes, pero no para todas las personas, destacando la excepción de Diego, estudiante de tercero medio del colegio Mar Abierto, quien con una gran vocación científica, identifica y rescata un singular grupo de piedras fragmentadas, las cuales desprendidas del patio de una casa se encontraban como escombros en el camino.

El accionar del joven estudiante, que intrigado por las particulares características de las piedras, trae consigo un gran descubrimiento, evidenciado en una serie de improntas que prontamente son llevadas al Museo de Historia Natural de Valparaíso, para su análisis.

Esta acción permite al museo, proceder de acuerdo a la Ley de Monumentos Nacionales, velando en proteger este tipo de resto paleontológico; Se procede, entonces, a salvaguardar los fósiles inmediatamente, que por sus características de formación en areniscas se deshacen poco a poco,  siendo muy frágiles y necesario protegerlos en compartimientos individuales con un soporte en espuma de alta densidad, aislados de la humedad y temperatura, se aplican protocolos de conservación preventiva, facilitando así el acceso para su investigación. 

Es así como Diego Campos Olivares, a su temprana edad (17 años), es protagonista en la historia de la paleontología chilena, debido al hallazgo de improntas en areniscas, hecho inusual que demuestra el potencial de encontrar fósiles de hojas en este tipo territorios, en la región central de Chile; además éste es el único sitio vigente con este tipo de hallazgo.

Antecedentes que son relatados por el propio protagonista de esta historia quien publica su primera nota científica, en la Revista Anales del Museo de Historia Natural de Valparaíso, que este año 2018 celebra 50 años de historia, y en su última edición, incluye su particular estudio: Restos Fósiles de Hojas en Valparaíso disponible para lectura y descarga gratuita.

Para Diego, sin duda esta experiencia ha marcado su desarrollo futuro y pasión por la paleontología, la cual da cuenta en su relato “Las areniscas son antiguas playas petrificadas, que se encuentran actualmente en los cerros de Valparaíso, y que existieron hace más de 2 a 5 millones de años atrás; sobre ellas se han construido viviendas, como los cimentos de la casa donde se encuentra el yacimiento de los fósiles encontrados… Este hallazgo ocurrió en las calles de Valparaíso y para nuestro asombro, al interior de estas rocas había hojas fosilizadas”.

Importancia científica

Este afloramiento da cuenta de una relevancia geológica en la costa central de Chile, dando cuenta de la adaptación del clima mediterráneo, con inviernos lluviosos contrastados por veranos secos, donde la flora se adapta desarrollando hojas duras y porosas, lo cual les permite retener la humedad.

Los restos pertenecen al período cenozoico, con una data entre 66 millones y 11.200 años atrás, evidenciando por primera vez el registro de vegetación esclerófila.

Jean Pierre Francoise, Paleontólogo que colaboró en la investigación de los fósiles encontrados por Diego Campos, se refiere a la transcendencia de este hallazgo: “Este es el segundo sitio en Chile Central, donde existe indicio de la presencia de flora esclerófila, el primero ubicado en el sector de la Dehesa, en Santiago, ya desapareció debido a la construcción de casas, por tanto éste es el único sitio con el potencial de ser estudiado, y que posee evidencia de flora mediterránea”

En cuanto a las medidas de protección, para este tipo de sitios, Francoise detalla: “Existe un problema en términos de protección, los fósiles fueron encontrados en los cimentos de una casa habitada, existiendo una realidad social (…) Pienso que este no es el único sitio por lo que hay que empezar a mirar otros lugares con estas características (…) Actualmente manejamos un nuevo concepto como es el de geopatrimonio, el que involucra la creación de parques de protección, los cuales son propuestos por la sociedad geológica quienes reconocen los sitios, sin embargo como país, la protección solo se encuentra en una etapa inicial; efectivamente estamos en deuda en cuanto protección arqueológica, en este momento nuestro deber apunta a dar a conocer la importancia de este tipo de patrimonio”.